¿Ataque a la libertad de expresión o servicio a la comunidad? Esas son las preguntas que buscan responder los especialistas luego de los sucesos de este viernes. Es que Twitter, en una medida inédita con los líderes mundiales, suspendió permanentemente la cuenta de twitter de Donald Trump, quien no podrá volver a expresarse en su cuenta personal en la que ostentaba más de 88 millones de seguidores.
A través de un comunicado, la plataforma creada por Jack Dorsey informó los motivos por los que decidió suspender permanentemente la cuenta de Donald Trump. “Después de una revisión de cerca de los tuits recientes de la cuenta @realDonaldTrump y el contexto que los rodea, hemos suspendido permanentemente la cuenta debido al riesgo de una mayor incitación a la violencia”, señalaron desde la compañía.
Donald Trump, por su parte, se expresó a través de la cuenta oficial del presidente de los Estados Unidos @POTUS, que no sufrió ninguna sanción. “La inédita acción de Twitter no es sobre la libertad de expresión. Ellos quieren promover una plataforma para la izquierda radical donde parte de las personas más agresivas del mundo pueden hablar con libertad. Permanezcan atentos”, publicó por la noche la cuenta de la Administración Trump.
«Estuvimos negociando con otros sitios y tendremos pronto grandes anuncios. También estudiamos la posibilidad de crear nuestra propia plataforma en un futuro cercano. No nos silenciarán», agregó Donald Trump en un tuit posterior. Sin embargo, ambos posteos volvieron a ser eliminados por twitter que tiene un equipo que busca evitar las publicaciones del presidente norteamericano.
Twitter, fundamental durante el mandato de Trump
Pese a este final abrupto, twitter fue la plataforma favorita de Donald Trump. El presidente norteamericano usó la red social para incitar acciones de sus seguidores, despedir a funcionarios públicos o hasta para anticipar ataques. Sin embargo, los posteos previos al ataque al Capitolio condenaron al presidente norteamericano. Habrá que esperar para saber si la red social toma las mismas medidas contra Nicolás Maduro o Diosdado Cabello en Venezuela o el Ayatolá Jameneí en Irán cuyas publicaciones son incluso más violentas que la del saliente mandatario de los Estados Unidos.
