Estados Unidos vivió una de las jornadas oscuras de su historia. Cientos de manifestantes que no reconocen el triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales, ingresaron al Capitolio provocando graves enfrentamientos que culminaron con cuatro muertes por la acción de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, durante la noche, el Congreso pudo retomar su actividad para que el país americano continúe siendo conducido por las vías democráticas.
Es que finalmente la sesión conjunta entre la cámara de representantes y la cámara de senadores ratificó este jueves la victoria del presidente electo, el demócrata Joe Biden, en las elecciones de noviembre. De esta manera, de no mediar más inconvenientes, el exvicepresidente tomará posesión de su cargo el próximo 20 de enero cuando se haga la ceremonia de traspaso de mando.
La sesión en el Congreso norteamericano confirmó, pese a la insistencia de Donald Trump, que Joe Biden se quedó con la presidencia y Kamala Harris se convirtió en la vicepresidente. En total, la fórmula demócrata cosechó 306 electores superando por un estrecho margen los 270 electores que se necesitan para llegar a la Casa Blanca.
El cortocircuito entre Trump y Pence
Pese a mantenerse cercanos durante todo su período al frente de los Estados Unidos, Donald Trump y Mike Pence se mostraron distanciados durante las últimas semanas. El primer hecho que molestó al presidente norteamericano fue la decisión del vicepresidente de ser uno de los primeros en darse la vacuna de Pfizer contra el coronavirus.
Sin embargo, lo que más molestó al presidente saliente fue la decisión de Mike Pence de no unirse a los once senadores republicanos que no iban a certificar el triunfo de Joe Biden. El vicepresidente le dio la espalda a Donald Trump que terminó instando a sus seguidores a manifestarse en las puertas del Capitolio donde finalmente ingresaron en un hecho inédito para la democracia norteamericana.
