La ONU, a través de la expresidente chilena Michelle Bachelet, elaboró un exhaustivo informe donde detalla las violaciones a los derechos humanos en Venezuela. Este informe, respaldado por diferentes organismos internacionales, no fue reconocido por el régimen del país caribeño. Sin embargo, Nicolás Maduro reconoció, de manera involuntaria, que existen delitos de este tipo en su país.
El líder del régimen venezolano hizo una particular reflexión durante un acto en el Ministerio de Interior y Justicia donde presentó un nuevo plan de educación en derechos humanos para formar a los cuerpos policiales. “¿Ustedes saben que me duele a mí mucho, mucho? No saben hasta cuánto me duele a mí cuando yo veo un caso y me llega la información de un policía violando los derechos humanos del pueblo en un barrio”, sostuvo Nicolás Maduro.
“Que llegue un grupo de Policía y le robe al pueblo sus televisores y sus objetos”, añadió el dirigente del chavismo. “Nosotros fundamos esta revolución para que se acabaran los abusos policiales, para que se acabara esa cultura del abuso policial, del abuso del poder, de la violación de los derechos del pueblo. Para eso se fundó esta revolución y yo vengo aquí a ratificar ese mandato, esa orden”, expresó Nicolás Maduro.
La Policía en el ojo de la tormenta
Las atribuciones que el régimen de Nicolás Maduro le dio a la Policía Nacional Bolivariana (PNB) provocaron un aumento generalizado en hechos de esta índole. De hecho, la Fuerza de Acciones Especiales (FAES), que forma parte de esta fuerza de seguridad, es la que acumula mayor cantidad de denuncias y hasta Michelle Bachelet exigió su disolución.
Más allá de la llamativa declaración de Nicolás Maduro, el dirigente chavista anunció beneficios para los cuerpos de seguridad. “He ordenado la creación de una misión social de protección y atención de toda la policía del país que será la Misión Guardianes de la Patria”, sostuvo la cabeza del régimen de Venezuela.
