El Príncipe William, de 37 años, tomó nuevas medidas para continuar la batalla contra el coronavirus (COVID-19). Según recientes informes, el duque de Cambridge aprobó el uso de un jardín privado en el Palacio de Kensington para repostar ambulancias aéreas. La casa ubicada en Londres es el recinto oficial de William con su esposa Kate Middleton, de 38, y sus tres hijos: Príncipe George, de 6, Princesa Charlotte, de 5, y Príncipe Louis, de 2.
La nueva acción le permitirá a los paramédicos ahorrar tiempo. Ellos han estado volando helicópteros a la base de combustible más cercana, a unas 20 millas de distancia en Watford. Perks Field, lugar donde las ambulancias aéreas aterrizarán y despegarán, se usa como lugar de aterrizaje para los helicópteros de la Familia Real. El padre real se siente conectado con esta causa porque él sirvió para la Royal Air Force como piloto de helicópteros de búsqueda y rescate.
William se convirtió en patrocinador de la organización benéfica de ambulancias aéreas en marzo. Él y su familia están residenciados actualmente en su casa de campo en Norfolk, Anmer Hall, que está a unas 110 millas al norte. Sin embargo, desde allí, se ha mantenido ocupado con su trabajo real a pesar de las pautas de distanciamiento social. William y Kate han estado manteniendo comunicaciones por videollamadas con diferentes organizaciones.
Participaron en abril en su primer compromiso a través de una llamada virtual, conversando con una escuela en el norte de Inglaterra donde los hijos de trabajadores de primera línea son atendidos en medio de la pandemia mundial. Los duques de Cambridge pudieron intercambiar palabras con el personal del centro educativo. También vieron los proyectos de artesanías para la Pascua que hicieron los niños.
La pareja también ha apoyado a organizaciones de caridad al registrarse por teléfono, chats de video y cartas. Además, narraron una película que tiene como finalidad ayudar a las personas a acceder a consejos de expertos sobre salud mental y bienestar durante la crisis de salud. Los reales también se unieron para participar en la campaña «Clap for Carers» para aplaudir a los trabajadores que arriesgan sus vidas en las calles.
