La esposa del príncipe Harry, Meghan Markle, de 38 años, ha seguido los pasos de su difunta suegra, la princesa Diana de Gales, con respecto a la práctica de acupuntura que tiene su origen en la medicina tradicional china. En reiteradas ocasiones, la duquesa de Sussex ha dicho que este método curativo cambió su vida por completo.
La madre real solía padecer síntomas de migrañas, enfermedad que en algún momento la llevó a ingresar a un centro clínico. Pero, todo eso cambió. Ross J Barr, conocido acupuntor, declaró a The Times que Meghan y Harry visitaron su consultorio, incluso, antes de celebrar su grandiosa boda real en mayo de 2018.
Ross indicó al medio estadounidense que conoció a la exactriz por medio de uno de sus pacientes y la trató varias veces durante su embarazo del pequeño Archie, quien tiene 6 meses. De hecho, luego de la llegada del bebé real a las vidas de los duques de Sussex, el acupuntor envió una caja a la madre con productos beneficiosos para la salud.

El regalo incluía caldos veganos para la producción de leche materna, y reponer todo lo que se pierde en el parto, así como una almohada para los ojos de lavanda orgánica. «Si la madre está cuidada y ella se repone, entonces eso también alimenta al bebé», explicó Ross. Todo esto estuvo acompañado por la práctica de actividades deportivas, que también ayudó a mejorar su apariencia física.
En septiembre, en medio de su viaje a Nueva York para apoyar a su amiga Serena Williams en el US Open, acudió a Modo Yoga, un estudio ecológico en la que compartió clase con unas 60 personas. También ha sido vista dando paseos largos. Katie Nicholl, experta en la Casa Real, dijo en entrevista con Entertainment Tonight que Meghan «Ha recibido la maternidad de un modo natural, y por eso ha adoptado un entrenamiento tan tranquilo».

