El príncipe William es uno de los miembros importantes y con más voz de la realeza británica. Incluso, un estudio publicado en septiembre por YouGov mostró que el duque de Cambridge es el tercer integrante de la monarquía que más goza de popularidad en Reino Unido, por debajo de la reina Isabell II y su hermano menor, el príncipe Harry.
Tan importante es el poder de la palabra que tiene el padre real, que desempeñó un papel determinante en la toma de decisiones que condujeron a la expulsión de su tío, el príncipe Andrew, de sus roles reales. People señala que William participó en las conversaciones que se dieron en el palacio por la desastrosa entrevista de Andrew sobre su amistad con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein.
«Los miembros mayores de la familia estuvieron involucrados, tanto el Príncipe de Gales y otros miembros de la familia mientras la Reina consultaba y los mantenía informados», señaló la fuente a la revista. No es la primera vez que el esposo de Kate Middleton participa activamente en decisiones y deberes estratégicos de la realeza.

Desde varios años viene llevando a cabo inversiones en honores para su abuela, de 93 años, y hace poco celebró en silencio a su primera audiencia en su nombre. A esto se une el papel diplomático que ha desarrollado durante sus últimas visitas al extranjero, como las de Israel y Pakistán, donde asistió en compañía de la duquesa de Cambridge.
A propósito de la expulsión de Andrew, él se ha ido alejando de los deberes públicos, sus patrocinios y actividades sociales. Incluso, se ha dado a conocer que cerca de las 200 causas y organizaciones benéficas, así como los distintos patrocinios que tenía a su poder, han cortado inmediatamente sus lazos con el monarca.

