El documental de ITV «Harry & Meghan: Un viaje africano» fue liberador para Meghan Markle, de 38 años, y su esposo, el príncipe Harry, de 35, pero al mismo tiempo perturbador, porque después de su estreno en Reino Unido se generó mucha tensión en la familia real, misma que se evidenció en la ceremonia del Día del Recuerdo.
Harry reconoció que él y su hermano, el príncipe William, de 37, están en caminos diferentes en este momento. Según la prensa británica, estas declaraciones no le gustaron a la reina Isabel II, mucho menos a William y a Kate Middleton. Allegados a los duques de Sussex dicen que éstos luchan con los sentimientos de aislamiento del resto de la realeza.
People, con información de una fuente, expuso que en la monarquía británica «nada ha cambiado. No hablan, nadie se registra, nadie envía mensajes de texto». Hace semanas el Palacio de Buckingham anunció que Harry y Meghan se tomarían unas vacaciones de seis semanas y pasarían fiestas de Navidad con Doria Ragland, madre de la duquesa.

«El duque y la duquesa de Sussex esperan con ansias el tiempo para la familia extendida hacia fines de este mes», decía el texto. «Habiendo pasado las últimas dos navidades en Sandringham, sus altezas reales pasarán las vacaciones este año, como una nueva familia, con la madre de la duquesa, Doria Ragland», continuó.
Esta noticia tendría triste a Isabel II, pues será la primera vez que su nieto pase navidades lejos de ella. Meghan y Harry harán lo mismo que hizo William y Kate en 2016. Ese año, los duques de Cambridge celebraron Navidad con la familia de la duquesa. Incluso, los niños George y Charlotte fueron vistos en un servicio religioso en Bucklebury.

