La semana pasada, se conocía la noticia de que el Gobierno nacional había decidido desdoblar el aumento de la nafta y el gasoil correspondiente al impuesto a los combustibles (ILC). Sin embargo, las subas no trajeron su impacto, especialmente, en la venta de los productos premium, que tuvieron una caída de cerca de 25 por ciento interanual en el primer semestre de 2019. También se vieron perjudicadas las finanzas de las estaciones de servicio, cuya rentabilidad sufrió un desplome significativo en el mismo periodo.
El secretario de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA), Hernán Landgrebe, brindó detalles sobre la situación que atraviesan los expendedores. «La diferencia de rentabilidad entre la venta de productos Premium con respecto a los comunes ronda el 2 por ciento. Hay que calcular que los estacioneros tenemos un promedio de margen de rentabilidad del 12 por ciento en nuestros productos. Por lo que es una cifra considerable con relación a nuestros ingresos», explicó el dirigente del rubro petrolero.
Como era de esperar, los ajustes en los precios de los combustibles provocaron un cambio en el hábito de consumo de los conductores argentinos. Ello es reflejado por los datos proporcionados por la Secretaría de Energía de la Nación, correspondientes al primer semestre de este año. De acuerdo con la entidad comandada por Gustavo Lopetegui, en ese periodo, las ventas de nafta Premium disminuyeron 24,4% interanual, mientras que las de Súper ?opción más económica? crecieron 5,76% en los primeros seis meses de 2019. Por su parte, el consumo de diésel grado 3 se desplomó 7,85%, pero el del gasoil subió 7,83% interanual, según publicó este miércoles el sitio Surtidores.
Landgrebe analizó las cifras detalladas anteriormente e indicó que, «si a esa migración del premium a productos comunes se le suman cargos como el 1,25% en los pagos con tarjeta de crédito, más Ingresos Brutos ?entre otras cosas?, todo genera un impacto significativo en nuestra rentabilidad». Esta situación también ha repercutido en los conductores, que han comenzado a optar por otros medios de transporte más amables con su bolsillo. Tal como señaló el secretario de FECRA, «hay mucha gente que directamente guarda el auto. Son muy pocos los que hoy llegan a la estación de servicio y te dicen: ‘llename el tanque'».
Si bien la descripción anterior daría la pauta de que todo este panorama corresponde exclusivamente al año en curso, lo cierto es que la crisis económica de las estaciones de servicio viene gestándose desde 2018. Ello fue señalado por el dirigente, quien puntualizó que la demanda de combustibles empezó a desplomarse en agosto del año pasado. «Esperemos que este segundo semestre no sea tan duro y los números se mantengan de acuerdo con el mismo periodo del año pasado», manifestó.
